Tal como tú, desde muy pequeña busqué a Dios. Me enfrente a la angustia de no saber reconocerlo entre la gran oferta de religiones que se autodefinían como los elegidos y guardianes del camino único hacia Dios y la verdad.
Encontré a la Divinidad en el budismo zen, cuando el maestro zen Jikusan me dijo que no me preocupara por conocer y describir a Dios, porque Dios era el no-concepto. Este maestro zen chileno me invitó a dejar de pensar para simple y puramente dedicarme a la práctica de meditar: meditación sentada, meditación en movimiento, meditación en cualquier acción que realicemos con la actitud, intención y postura correcta.
La Divinidad se transformó en el gran misterio que habita más allá de toda descripción, palabra y posibilidades del lenguaje. La Divinidad no es un concepto sino: una experiencia directa. Y por eso, toda experiencia espiritual intensa es simplemente indescriptible.
El zen me enseñó a aceptar las limitaciones del lenguaje. La magia y el uso del altar casero me enseñaron el potencial del lenguaje para construir realidades y mundos cotidianos.
Entendí que la Divinidad se hizo palabra dando vida a la energía femenina de la Diosa Madre y a la energía Masculina del Dios Padre. La Diosa madre reina sobre el agua (emoción) y la tierra (materia) y el Dios padre reina sobre el fuego (voluntad) y el aire (intelecto). El éter, conformado por los 4 elementos, es el espíritu de la Divinidad que da forma a todo lo que existe. El éter es el espíritu que nos bendice con la conexión y pertenencia a la sagrada Red que todo lo une.
Estas categorías (elementos, Dios, Diosa, Red) son conceptos que ya existían previamente a que yo los use, pero aquí los orientamos como definiciones y herramientas de un método de autoconocimiento y sanación. No son la realidad última y verdad única. Son símbolos y representaciones útiles a través de los cuales podemos observar, definir y habitar en el mundo.
Es esta visión que he compartido en mi trabajo en la tienda Lamandala. Durante más de 10 años en la interacción diaria con los clientes me llevó a crear e imprimir diversos instructivos para guiar el proceso de para armar y usar su altar desde el autoconocimiento y sanación. La Magia de sanación elemental es fruto de toda mi biografía.
Algunos hitos de mi vida:
- Soy licenciada en Sociología y Magister en ciencia sociales. Mi área de investigación es la meditación y las prácticas mágico religiosas.
- Realicé mi tesis de postgrado sobre la búsqueda de sentido en el zen y viví en el zendo el Molle (Valle del Elqui), bajo la guía del maestro Jikusán. Durante el proceso de investigación de mi tesis viví en el Zendo como una practicante más de budismo zen. Actualmente el zendo se traslado a la región de Valparaíso y se llama "Zendo Tunquén".
- He trabajado por más de 10 años en la tienda Lamandala: que ofrece productos para acompañar prácticas espirituales. La interacción con clientes con diversas creencias, prácticas y religiones me han ayudado a entender que "todos los caminos llevan a Roma". Cada ser humano elige la práctica espiritual que más acomoda a sus necesidades. Cada persona está viviendo un proceso de desarrollo espiritual.
- Un punto clave en mi vida fue poder vivir en el "Pacific north west" junto al Océano pacífico, en medio de un bosque de cedros, arces y bayas, en donde volaban los cuervos y los senderos del bosque eran recorridos por osos, ciervos y alces. La experiencia intensa, directa y no conceptual de los elementos de la naturaleza me confirmó que: "el lenguaje no alcanza para describir lo que es realmente importante. No hay discurso que pueda contener o expresar el habitar cada día en contacto con los elementos". Por meses conviví con personas que sin tener religión y sin promover ningún discurso, habitaban día a día en contacto directo con la naturaleza y los elementos. Podíamos pasar horas mirando un lago, viendo de vez en cuando un pez saltando fugaz, y no era necesario decir una palabra. "No hay concepto que pueda abarcar la experiencia directa de lo sagrado". Esto apagó mi motivación para hacer talleres y compartir lo que he aprendido. Sólo podía pensar que puedo decribir al fuego de mil formas, pero que nunca se comparará con encender una fogata en medio del bosque. La experiencia directa está más allá de cualquier palabra.
- Volver a trabajar a Lamandala me mostró que los clientes aún necesitaban los instructivos para armar el altar y que también buscaban participar en talleres para poder aclarar dudas. Así que lo enfoqué desde la utilidad de lo que puedo compartir (reconociendo siempre las limitaciones del lenguaje para definir la Realidad y verdad última). Al comenzar a ordenar los contenidos, me di cuenta de que con un fin didáctico y educativo podía nombrar el método que estaba generando. Comparto lo que sé porque me ha ayudado a sanar y vivir con mayor bienestar. Si a otros les puede servir: ¡¡¡Que así sea!!!
- Comencé a desarrollar la Magia de sanación elemental en Julio del 2025. Creé este blog, la cuenta de instagram y facebook. Usuario: magiadesanacionelemental. La web magiadesanacionelemental.cl redirecciona el blog que tiene a su vez los links vinculados a las redes sociales. Si llegaste aquí: ¡Bienvenidos hermanas y hermanos!, ¡Bendiciones de salud, sanación, sabiduría, fuerza, abundancia y conexión con tus dones para que seas feliz poniéndolos al servicio del mundo!
- Mis padres me llamaron Carla y trabajo en Lamandala. Por lo que la gente me nombra como: "Carla de Lamandala". Así que ese será mi nombre aquí.
Con cariño: Carla de Lamandala