miércoles, 23 de julio de 2025

Miércoles para trabajar gratitud y abundancia


Heredamos de nuestra madre el saber agradecer y el sentir alegría de vivir.
Ambas están relacionadas. 
Sanar la sensación de carencia es sanar el vínculo con tu madre. 
La madre tiene el don de multiplicar, de transformar a través de su amor "lo que hay" en una comida para su familia. Un pan de ayer se transforma en un pan tostado con mantequilla y un poco más de agua en la sopa permite un plato más. En esta magia de multiplicar la madre siempre agradece y bendice:
"Gracias por esta comida: que sea bendecida para que nutra a nuestro cuerpo y alimente nuestro espíritu".

Si nuestra madre habitaba en la carencia, en el quejarse de no tener, en el "acumular y no usar" por temor a la pobreza futura: pudiste haber heredado una sintonía de carencia que está influenciando el  bloqueo de tu gratitud y abundancia. 

La gratitud es la llave que abre la puerta a la alegría diaria, a la felicidad plena, a la abundancia en el hogar y al éxito laboral.

Antes de pedir por abundancia: preocúpate de desbloquear tu corazón ejercitando diariamente la gratitud por todas las bendiciones que recibes: un techo sobre tu cabeza, comida en la mesa, una familia unida que habita en la paz, armonía y cuidado mutuo, un trabajo honesto para proveer en tu hogar, salud, entre otros. Siempre hay bendiciones por las que agradecer. Si no las ves es porque has pasado mucho tiempo en la soledad y tristeza. Comienza escribiendo en un cuaderno un listado de gratitud con todos los motivos para agradecer. Cada día intenta añadir al menos un motivo, hasta que tengas al menos diez para reflexionar sobre ellos. Cuando pase algo hermoso y positivo en tu vida, como la llegada de un nieto: agrega este hito en tu listado de gratitud. 
Cambiar la sintonía de la carencia a la abundancia implica remover un obstáculo que fue heredado, quizás por generaciones de un linaje materno que sufrió una cruda pobreza, hambre, frío, postergación y necesidades materiales insatisfechas. No es culpa de tu madre, porque aquí no hablamos de culpas. Pero si estás liberando la carencia de tu linaje femenino es porque estás sembrando semillas de abundancia en tí y en las generaciones futuras de tu familia.

Un hermoso acto diario de gratitud es agradecer por la comida en frente de tí. 
Imagina como esa semilla de trigo tuvo que ser plantada, germinar y crecer para ser cosechada, procesada en harina, transformada en pan por el panadero. ¿Cuantos procesos, trabajo, energía e intención se integran en que disfrutes de este pan? A través del simple acto de agradecer este pan puedes conectar con la red que está detrás de su creación y el acto de nutrir tu cuerpo, energizar tu ser y alimentar tu espíritu. 


La gratitud comienza en tu mente pero se dirige rápida a tu corazón en donde se expande cálida e infinita hacia el universo. Es una ternura hacia la vida y un amor al cosmos que no tiene principio ni fin. Una vez que desbloqueas tu corazón habitarás en este amoroso flujo de abundancia que es natural en la energía femenina. 



 

Hagas lo que hagas: Hazlo con amor

 "Hagas lo que hagas: Hazlo con amor" o "Si no puedes hacerlo con amor: es la señal para que no lo hagas".