No vamos a reescribir esta historia, sino a reinterpretarla.
En esta historia hay un Jardín del Edén, un árbol, una manzana, una serpiente, Adán y Eva.
- El Jardín del Edén es el habitar desde la unidad de la sagrada Red que a todos nos une. Una red caracterizada por la unidad, la pertenencia, la mutua influencia y la permanente transformación.
- Adán y Eva es la emergencia de la primera separación entre el yo y el otro (yo/otro) y entre lo femenino y masculino (femenino/masculino)
- Adán es el yo, Eva es "el otro" de Adán, la serpiente es el ego que refuerza la identidad y separación: "yo soy yo".
- El árbol es el lenguaje dualista que separa y opone creando: bien/mal, femenino/masculino, humanidad/Divinidad, naturaleza/humanidad cielo/infierno, amigos/enemigos, luz/oscuridad, profano/sagrado, mundano/divino, materia/espíritu, verdad/mentira, día/noche, mente/cuerpo, razón/emoción, entre otros.
- La manzana es el libre albedrío y la posibilidad de elegir habitar en sintonía y unidad con la Red o separado de ella.
- Morder la manzana es habitar en la separación, en la fragmentación y el dualismo.
- El pecado original es la culpa de haber olvidado la unidad y el habitar en Red. Es el dolor de la separación y el vivir en un abandono que heredamos al dejar nuestro hogar original. El pecado no es la desobediencia, el pecado es olvidar que perteneces.
Esta reinterpretación es importante para recordar:
- El lenguaje es útil para comunicarnos en el día a día en el mundo. Pero... no podemos olvidar que un concepto es sólo "una mitad"; "un opuesto" de un fenómeno. Los amigos nacen en oposición a los enemigos y lo bonito en oposición a lo feo. Frío o calor, o día y noche no son opuestos sino partes de un fenómeno gradual. La percepción de frío o calor son incluso subjetivos y pueden variar mucho de acuerdo a la persona.
- El lenguaje es útil, pero el lenguaje no es un reflejo de la realidad última. Tal como "el mapa no es el territorio" (Alfred Korzybski)
- Los límites del lenguaje que crea realidad desde la separación, los opuestos y la fragmentación.
- La Realidad y la verdad última están más allá de los opuestos, del lenguaje, más allá de las palabras, habitan en lo indescriptible e ilimitado: en el Gran Misterio
En la Magia de Sanación Elemental: aceptaremos los límites del lenguaje:
- La Divinidad, la Realidad y la verdad última: son el gran Misterio. Podemos vivir en la humildad no saberlo ni entenderlo todo.
- Los opuestos son reflejo de una separacion que no es real, pero que es útil para vivir en el mundo.
- Mis creencias, mi biografía, mis forma de definir, pensar y habitar en el mundo: se transforman en filtros a través de los cuales observo la realidad desde lo que yo soy. "No vemos el mundo como es, vemos el mundo como sómos" (Anaís Nin).
- Usamos el lenguaje aceptando sus limitaciones y rescatando su potencial para crear nuestra identidad, el mundo personal en el que vivimos y poder dialogar con otros-y-sus-mundos.
- Aceptamos que hay muchos mundos en los que habitamos: el mundo de un ateo no es el mismo al de un cristiano o al de un budista. Todos los mundos son válidos si los recorremos en los zapatos del otro. Cada ser humano elige las creencias que su ser necesita. Todos estamos en un viaje espiritual individual-y-colectivo.
- Usamos el lenguaje con atención, respeto e intención, recordando siempre que está tejiendo nuestra identidad, nuestro ser y nuestra vida. Sin atención e intención no hay magia.
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