El enfoque que exponemos aquí es La Magia de sanación elemental. Es un tipo de magia o mirada que trabaja con los elementos con fines de autoconocimiento y sanación. No presenta una verdad absoluta. Sino un método de trabajo.
Al usar el altar casero trabajas con los puntos cardinales.
Aprendes que:
+ El hemisferio más cercano te indicará en que dirección va el elemento Tierra. Al vivir en el hemisferio sur y en Chile. Nuestra tierra estará en la dirección Sur. Nuestros cuarzos, flores, semillas, alimentos, pentáculo, bola de cristal, arbolito de abundancia y orgón estarán ubicados en tierra.
+ Frente a la tierra, ubicaremos al elemento fuego. Nuestra vela o cirio estará en el norte. Usaremos siempre un portavelas o palmatoria. Nuestro fuego estará en dirección Norte. Nuestra varita mágica es la herramienta que representa este elemento.
+ El océano pacífico, hacia el oeste, nos indica la dirección del elemento Agua. La copa o caliz representa este elemento y podemos decorar con conchitas de mar. Esta es la dirección del atardecer. El sol se esconde en el Oeste.
+ Al este, hacia la cordillera de los Andes, ubicamos el aire y nuestro portaincienso. Puedes decorar con una pluma. Esta es la dirección del Amanecer. El sol sale en el Este.
Cuando los 4 elementos están presentes se manifiesta el Éter o espíritu de la Divinidad. El éter da forma a todo lo que existe. Nos bendice con unidad y conexión. Nos permite recordar que habitamos en una sagrada red que nos une a todos.
Todo lo que usamos en el altar es ofrendado a la Divinidad, a la Diosa Madre y al Dios Padre para que se hagan presentes en el hogar y recibamos las bendiciones de los 4 elementos y el éter.
El enfoque de trabajo en el altar será siempre autoconocimiento y sanación. No realizamos rituales sin el consentimiento de la persona y respetamos el libre albedrío: no necesitamos controlar ni dirigir las acciones de otros. Porque no hay un yo/otro. Solo hay una red.
La separación es una ilusión.
Todos estamos conectados.
Es imposible dañar al otro si que simultáneamente nos dañemos a nosotros mismos y a la red que nos une.