martes, 15 de julio de 2025

Trabajo en el altar casero el día Martes

 

Martes: día del dios Marte
  • Deidades: Marte (romano), Ares (griego)
  • Rol: Dios de la guerra
  • Planeta: Marte. 4to planeta desde el Sol.
  • Elemento afín: Fuego
  • Poder mágico: Fuerza, valentía, protección, defensa energética, purificación a través del fuego.

Los Martes
Día del dios romano Marte: dios guerrero
Trabajamos en nuestro altar casero con la energía masculina de fuego para promover fuerza, purificación y protección.
Trabajamos de día poniendo atención al Sol, nuestro ritual tendrá más potencia si lo realizamos entre las 12:00 y 16:00 hrs. 


Ofrendaremos y usaremos en nuestro altar casero:
  • Elemento aire: incienso de copal (para purificar), incienso de salvia y/o albahaca (para limpiar energías y alejar entidades negativas), incienso de romero (para protección). Podemos quemar resinas, plantas e ingredientes como: mirra, incienso blanco u olíbano, copal, salvia, romero, laurel, benjuí, ruda, clavo de olor y en caso de energías muy densas: azufre, ají cacho de cabra y hojas de laurel. 
  • Elemento fuego: velas de azufre, sal, mirra, ajo (para limpiar energías negativas) ruda (para abrir caminos), ají (para alejar personas malignas y con mala fe), albahaca  (para alejar entidades negativas).
  • Elemento Tierra: piedra de turmalina para protección ante la negatividad y jaspe rojo para fuerza. 
  • Elemento Agua: reponemos el agua de copa recordando que estamos trabajando desde el amor y sanación. 
Si necesitas que la protección, purificación y fuerza te acompañen durante el día puedes diluir aceites esenciales puros en aceite de almendra de uso corporal y aplicarlos en tu cuerpo como perfume o como aceite hidratante después del baño:
  • Aceite esencial de romero para energía, concentración mental y protección.
  • Aceite de clavo de olor para energía masculina, protección y fuerza.
  • Aceite de incienso blanco para purificar y bendecir. 

Proteger tu energía, tu ser y tu hogar:
Ser parte de una red Sagrada no significa ser amigo de todos. Significa que todos somos hermanos. En la Red no tenemos amigos ni enemigos. Pero, protegemos nuestra energía, nuestro cuerpo, nuestro ser y nuestro hogar de las energías de personas que han decidido vivir desde la separación y el daño hacia otros. Esta es su decisión y respetarla no significa hacernos blanco del daño o dolor que generan en el mundo. El ritual de protección, purificación y fuerza nos permite convivir con personas y entidades sin que sean parte de nuestro hogar y rutina íntima. No nos ofrecemos para que nos dañen, no nos volvemos un blanco, no nos victimizamos, ni martirizamos. Protegemos nuestros bienestar, nuestra felicidad, nuestro refugio y si sólo si alguien tiene una sintonía similar podrá ser parte de nuestra intimidad. 

Hombre guerrero y mujer sanadora como arquetipos universales
Desde la Magia de sanación elemental el guerrero y la sanadora son arquetipos universales. Hablamos de mujer sanadora y hombre guerrero como símbolos puros. Son roles y categorías acordes a un método y no verdades últimas.

La armadura pertenece al guerrero, al hombre solar, al Dios Padre y su energía masculina de fuego y aire.
Está hecha a la medida del hombre, de acuerdo a su altura, capacidad, habilidades y dones. El guerrero es energía activa, móvil y caliente. El Sol naturalmente lo energiza para proteger. El hombre tiene la fuerza, la voluntad y la movilidad necesaria para usar la armadura rígida y pesada. 

La mujer puede pedir prestada la armadura en momentos y contextos de lucha, pero su naturaleza lunar, pasiva, de calma y contención le generará un agotamiento extremo en caso de usarla por periodos prolongados. La mujer no es guerrera por naturaleza, sino sanadora. En una crisis y emergencia podemos pedir prestada la armadura masculina, incluso sabiendo que no está hecha a nuestra medida y que nos agotamos el doble por usarla. Por eso no nos identificamos con la armadura y anhelamos la protección de la energía masculina, al padre, al hermano y al compañero.

Trabajar con Marte es natural para el hombre, para la mujer es una transformación del fuego en una energía más amorosa y transformadora. Su naturaleza de sanadora prevalece. La mujer respeta el rol masculino del guerrero, ella puede ir a la guerra, puede ponerse la armadura en caso de ser necesario, pero si puede evitarlo, participará siempre como sanadora: así mantiene su suavidad y evita la rigidez, la dureza, la frialdad metálica de la armadura.

La mujer lunar usa plantas, resinas y hierbas que vienen la tierra fértil para sahumar y limpiar desde una energía femenina y amorosa. El hombre solar aporta el aire, el oxígeno y el fuego para la combustión del sahúmo. En la purificación: lo femenino y masculino están en la una danza de perfecto balance.

Hombre o mujer, el trabajo con el fuego trae una advertencia: el fuego quema y destruye. Respetamos al elemento como transformación, purificación y protección. Pero nunca olvidamos que el fuego de la ira destruye y mata. Calmamos la ira con el agua que es sanación emocional y amor. Por eso, si lo necesita,  la sanadora lleva la copa a la guerra, usa ungüentos e infusiones de plantas medicinales, la mujer está curando las heridas del hombre que la protege. 

Mujer y la ira
La ausencia del padre en la infancia, la sensación de abandono y de no ser merecedoras del amor del padre, puede crear mujeres guerreras. Mujeres que han tenido que ser fuertes desde pequeñas, ayudando a la madre a hacerse cargo de los hermanos pequeños y cumpliendo funciones de cuidadora que no le permiten vivir su niñez. Convivir con una madre que sostiene al hogar es crecer con una madre guerrera que inculca que "todos los hombres son iguales", "las mujeres deben ser fuertes", "la fragilidad y emoción es una debilidad". Estas son respuestas de sobrevivencia a un entorno que se percibe como agresivo. Usamos armaduras emocionales y nos identificamos con la rigidez. Hay una semilla de rabia hacia el padre que ha dejado de proteger. El agotamiento femenino, la frialdad, la rigidez, la distancia y sequía emocional, se transforma en rabia hacia lo masculino.

Lo mismo pasa cuando el compañero habita en una energía masculina débil en que la mujer pasa de ser esposa a "madre de su pareja". Ella lo protege, ella lo cuida, ella es él escudo. El agotamiento extremo se transforma en dureza, resentimiento y rabia por no poder habitar la fragilidad y ternura de lo femenino. 

"Yo puedo sola, no necesito un hombre en mi vida". 
Si puedes sola. ¿Pero cual es el costo de exiliar de tu vida a la energía y sagrado masculino? Exceso de pensamiento, confusión al decidir tu camino, proyectos inconclusos, falta de energía, agotamiento y sensación de abandono, necesidad de ser protegida y pena profunda por no tener un espacio para descansar. Un padre o compañero puede decirte: "Yo me hago cargo, yo te protejo, descansa y encuentra un tiempo para ti".

Cuando el sagrado masculino sabio y fuerte está ausente: aparece "la guerrera", "la mujer fuerte y autónoma que sólo se necesita a sí misma". La "guerrera" que trabaja con Marte puede caer en la ira. 

En estas circunstancias, cuando nos hemos identificado con el guerrero, con la mujer fuerte y la armadura, fomentamos el trabajo con la Diosa Madre y Señora, con la Madre de todos los seres, con su energía lunar, terrenal, nocturna y marina. Volvemos a usar la copa de sanación, a sintonizarnos con este útero sagrado que concibe desde el amor y sanación emocional y con la tierra que brinda belleza, sanación física y el placer de vivir. Cultivamos la ternura y compasión hacia nosotras mismas: hacia nuestra niña interior, hacia nuestro rol de madre, hacia la anciana sabia en que nos convertiremos. 

Como mujeres trabajamos con Marte sabiendo que: 
  • Somos capaces de ir a batalla, sabemos como luchar y podemos conectarnos con el fuego.
  • Podemos usar una armadura que no es nuestra y lucharemos por el amor a los nuestros
  • Llevaremos siempre la copa de emoción y la sanación de la tierra en nuestro morral.
  • Respetaremos la figura del guerrero y no arrebataremos su rol. El uso de la armadura es temporal y responde a una crisis que no podemos evadir.
  • Somos la sanadora y la guerra nunca cambiará nuestra naturaleza. Es la mujer la que puede cambiar la naturaleza de la guerra desde la destrucción a la transformación. 
Carla Lamandala



Hagas lo que hagas: Hazlo con amor

 "Hagas lo que hagas: Hazlo con amor" o "Si no puedes hacerlo con amor: es la señal para que no lo hagas".