Desde mi corazón deseo: "Que tengas un feliz y bendecido día".
Cultivar este deseo en tu corazón sin tener amigos ni enemigos, es una de las prácticas espirituales más importantes. Es normal y esperable desearle felicidad a quienes amamos.
Ampliar este deseo para incluir a todos, sin discriminación de tendencia política, religión, raza o creencias, es una práctica espiritual elevada. Requiere que pongas en pausa tus preciadas opiniones, los discursos que defiendes y el rechazo que sientes por quienes crees que son opuestos a ti.
El deseo de felicidad y bienestar que nace de tu corazón es para todos los seres.
Para todos sin excepción. Porque el viaje de la vida es colectivo.
Todos estamos en este viaje de aprendizaje espiritual y llegaremos juntos a destino.
