El altar casero es el espacio de práctica diaria en el que invocas la presencia del espíritu de la Divinidad en tu hogar, en el que oras, ofrendas, cantas, danzas, agradeces y te sintonizas con la energía sagrada.
El altar se ajusta a lo que eres y crees y se va transformando contigo porque es un espacio vivo.
Lo más importante es que te ayuda a comprender las múltiples dimensiones y fuerzas que conforman la Realidad y que acompaña tu proceso de autoconocimiento y sanación.
Lo femenino, lo masculino, los elementos, el espíritu conforman todo lo que existe y habitan en ti.
En la práctica en el altar te conectas directamente con la madre y padre espiritual. Sin intermediarios y en el momento en que lo necesites.