Trabajamos con mitos y arquetipos porque nos ayudan a dar sentido a la experiencia humana. No los elegimos por ser reales, históricos, medibles ni comprobables. No los estamos mirando desde el pensamiento objetivo, científico o histórico que necesita comprobación y pruebas para llegar a una verdad.
Los mitos nos muestran un viaje de héroe enfrentándose a una hazaña. Tendrá que promover su fuerza y valentía, enfrentar lo desconocido, superar obstáculos y todo el proceso le entregará autoconocimiento y sabiduría. En el camino se encontrará con otros arquetipos: el mago, el viejo sabio, la bruja, la sacerdotisa, la reina madre, el rey padre, entre otros. Y cada uno cumplirá un función específica (y acorde a sus propios dones) en este viaje del héroe.
Los arquetipos son representaciones universales que definen roles claros y energías femeninas o masculinas puras. Trabajamos con ellos sabiendo que son conceptos que nos ayudan a entender el mundo, a la vida y a nosotros mismos. Su tarea no es ser un un reflejo de la verdad y Realidad última. Sino acompañar procesos de autoconocimiento, crisis, crecimiento, apertura, sanación y otros hitos en la vida humana que no son fáciles de recorrer.
Para algunos el mito y el arquetipo parecerán innecesarios, inútiles, poco prácticos y por lo mismo; incomprensibles. Su mente racional prioriza los procesos de autoconocimiento desde la ciencia y la historia. Y esto está bien. Ya que no se trata de una decisión: sino de una predisposición cerebral. Hay un hemisferio izquierdo que predomina en su forma de ver, definir y vivir en el mundo.
Por el otro lado, hay quienes requieren el mito, el arquetipo, el ritual, la espiritualidad y la magia para apoyar procesos de autoconocimiento y sanación. Su hemisferio derecho predomina en su forma de ver el y habitar en el mundo. Puede moverse más cómodamente en proceso que requieren más abstracción, que usan representaciones y símbolos en ver de verdades únicas.
Hay una tercera forma de habitar entre el mito y la ciencia y es creando puentes entre ambos: hay algunos que son naturalmente capaces de ver los puntos comunes entre sabiduría antigua y mítica y su contraparte científica (como la neurociencia y los avances más actuales de la física). Se trata de una neuroplasticidad mayor (flexibilidad, apertura) que permite encontrar lo común en diferentes discursos (incluso si parecen venir de lugares opuestos).
Reflexionar sobre esto es importante porque: el camino de lo mítico, de los arquetipos, de los símbolos, de lo abstracto, de la magia, de la espiritualidad no es compatible con todos. Y si algunos lo critican porque no les parece accesible, comprensible o útil, no debemos ofendernos ya que no se trata sólo de su decisión: hay una predisposición biológica y cerebral en su acción. Su mundo se define y valida desde lo racional, científico, objetivo y comprobable.
Si hablamos de:
Diosa madre y señora: gran madre de todos los seres.
Nocturna, lunar, marina, terrenal.
Energía femenina pura.
Reina sobre el agua y la tierra.
Sanadora emocional y física.
Dios padre y señor: padre de todos los seres.
Diurno, solar y celestial.
Energía masculina pura.
Rey sobre el fuego y el aire.
Sabio consejero, fuerte guerrero y protector.
Estamos refiriéndonos a fuerzas que parecen opuestas pero que en realidad son complementarias.
Entre lo femenino y masculino no hay oposición sino: colaboración desde distintos roles y dones.
Estas son fuerzas puras que nuevamente no están enfocadas a reflejar la Realidad y verdad última.
Son conceptos que nacen de la división masculino/femenino para entregar sentido a la experiencia humana y promover procesos de autoconocimiento y sanación.
Si el Dios padre y la Diosa madre son reales: no es un tema aquí. No buscamos ver a un hombre real sentado en un trono en el cielo o a una diosa que emerge desde un lago la noche de luna llena. No se trata de algo concreto, es un un arquetipo y lo que importa es su significado. Son representaciones universales de lo femenino y masculino. Y esas dos fuerzas están presentes en todo lo que existe.
¿Vamos a discutir con alguien porque no cree en la Diosa Madre? No. ¿Para qué? ¿Porqué defenderíamos el concepto de lo femenino? La energía femenina no necesita que la defiendas. Desde su propio concepto no se basa en la lucha, sino en la calma, la sanación física y emocional que cultivas en ti mismo y en los demás. Representar y "defender" a la energía femenina es ser habitar en la sanadora.
A pesar de que la energía masculina se representa en el sabio y el guerrero, tampoco necesitamos convencer a nadie de creer en el Dios Padre. Porque nuevamente: el Dios Padre y señor es un concepto, un arquetipo, es una fuerza, una energía masculina presente en todo lo que existe. Pero su representación puede no generar identificación en un otro. Y eso está bien. El guerrero y el sabio no necesitan validarse ante otros. El sabio simplemente calla y el guerrero va a defender lo que es sagrado para él: su mujer, su familia, su hogar. Ser guerrero es un rol de protección y no ser un esclavo de un discurso por el que ofreces tu vida.
Trabajar con lo femenino y masculino requiere un uso práctico de los conceptos como herramienta. Pero una flexibilidad para entender que nos adaptamos a los contextos:
- La mujer no es guerrera por naturaleza. El guerrero es el hombre. Pero, la mujer puede usar prestada la armadura masculina en los procesos de protección y crisis. Simplemente no se identifica con ella porque no está hecha a su medida, es demasiado pesada. El usarla demasiado le genera un agotamiento extremo y un aumento en la necesidad de ser protegida: "Yo protejo a toda mi familia: pero cuando lo necesito: ¿Quién me protege a mí?". La mujer siempre será sanadora y lunar. Ella sana a su familia y al hombre que la protege.
- El hombre que es sanador se mueve en el terreno de lo femenino, usa el agua y la tierra para la sanación emocional y física. Pero nunca deja de ser un hombre solar. Naturalmente sabe usar el fuego, el aire, tiene fuerza y sabiduría para enfrentar otros retos espirituales en los que su armadura y espada le ayudarán a vencer energías más densas y oscuras.
- Todos podemos trabajar con ambas energías. Tus roles no están definidos. Sólo no olvides cuáles fuerzas son naturalmente más influyentes en ti, ya que ellas te muestran de donde repones tu energía y realizas tu conexión de tu ser con el universo.
¿Qué pasa si la pareja es gay y hay dos personas del mismo sexo? Es tu tarea observar su propio vínculo y ver quien representa a la energía masculina y femenina en la relación. Si se dan cuenta de que habitan la misma energía podrán entender la fuente de sus conflictos o estancamiento. Desde el rol que cada une cumple en la relación se puede apreciar el balance, complemento y colaboración de la energía femenina y masculina: ¿Quién es la energía calma de sanación femenina?, ¿Quién es la energía activa de protección, sabiduría y fuerza?. No se trata de cambiar los arquetipos puros, se trata de saber trabajar con ellos e interpretarlos. No vamos a cambiar el arquetipo y la tradición para crear nuevas categorías que se ajusten a ti o a las necesidades de todos. Podemos trabajar con los arquetipos puros porque sabemos que no son reflejo de la Realidad última y que son guías universales que todos podemos usar, ya que podemos ajustarlos de forma privada a nuestra vida y ser. Y aquí la palabra privada es clave. Tu trabajo con la Diosa y el Dios es personal. Si ves a tu pareja masculina como un reflejo de la diosa: está bien. Si ves a tu pareja femenina como una representación del dios: está bien. Aquí lo que importa es que el trabajo con La Diosa madre y el Dios padre es íntimo, personal y de conexión: enfocado a que te conozcas a ti mismo, te sanes y te conectes con tu nuevo ser.
Este blog trabajará los arquetipos desde lo universal y la tradición mágica antigua y mítica.
Reflexionar sobre esto es importante para no perderse creyendo que las palabras son la Realidad última y la única verdad válida. Usamos conceptos, arquetipos y mitos para dar sentido a la experiencia humana y promover procesos de autoconocimiento y sanación. Tu adaptas los conceptos a tu ser, pero los conceptos se mantienen puros: ayer hoy y siempre. Aunque les cambies el nombre o los reinterpretes, como arquetipos: "La Diosa madre sigue siendo la diosa madre y el Dios padre sigue siendo el Dios padre".
Finalmente, recordemos siempre que: "No es nuestra tarea ni objetivo adoctrinar a otros, convencerlos de que tenemos la vía única o caer en discusiones eternas para probar que tenemos la razón". Nuestro objetivo es el autoconocimiento y sanación.